En nuestra vida diaria a menudo necesitamos consultar a alguien cuando creemos que no contamos con el conocimiento necesario o no somos capaces de resolver un problema o una situación.

Por ejemplo,

  • Cuando estamos enfermos buscamos un buen médico o un especialista del campo de la medicina que nos ayude a curarnos y seguimos su consejo.

  • Cuando se nos estropea el coche buscamos la ayuda de un mecánico y seguimos sus indicaciones sobre cómo cuidar nuestro coche.

  • Cuando se nos emplaza para un juicio buscamos el asesoramiento de un abogado y lo seguimos meticulosamente.

Estos son sólo algunos ejemplos de casos en los que buscamos el consejo de otras personas. Aceptamos que no somos expertos en determinadas materias y estamos dispuestos a pagar grandes cantidades de dinero a alguien que sí lo sea para que nos asista.

Sin embargo, cuando se trata de la Espiritualidad y de nuestro crecimiento espiritual, que es el principal motivo por el que nacemos (a parte de tener que someternos a nuestro destino), la mayoría de las veces pensamos que sabemos lo que espiritualmente es mejor para nosotros. El hecho de rehusar oír o seguir un consejo acerca de qué práctica espiritual hacer es un gran obstáculo en la práctica espiritual y puede ser perjudicial para nuestro progreso espiritual.

Entonces ¿por qué nos resistimos a que se nos guíe en nuestra práctica espiritual?

Algunas de las razones son las siguientes:

  • Creemos que la Espiritualidad es algo muy personal y otras personas no serán capaces de guiarnos.

  • No estamos seguros de a quién deberíamos escuchar.

  • Simplemente pensamos que somos los únicos que sabemos qué es mejor para nosotros.

Para poder superar estos obstáculos a la hora de desarrollar nuestra capacidad de escuchar podemos tener en cuenta los puntos siguientes:

  • Igual que necesitamos expertos en cualquier otro asunto, también necesitamos que alguien nos guíe en nuestro viaje espiritual, pues de lo contrario podemos malgastar toda una vida recorriendo un camino espiritual equivocado. Como resultado podemos estancarnos o incluso retroceder en nuestra práctica espiritual.

  • Si no estamos seguros de a quién deberíamos escuchar, seguir los 6 principios básicos de la práctica espiritual puede facilitar nuestro crecimiento hasta que aparezca un guía en nuestras vidas.

  • La Espiritualidad es algo muy personal y cada uno de nosotros debe encontrar su propio modo de realizar a Dios. No obstante, aún así necesitamos comprender los principios y marcos espirituales para guiar nuestra toma de decisiones en la práctica espiritual. Para aprender esto debemos escuchar a otros que ya han seguido un camino espiritual que, aunque se sepa o no, cumple con los seis principios básicos de la práctica espiritual.

  • Según el viejo adagio que dice “no se debería buscar a un maestro; el maestro aparecerá cuando el estudiante esté preparado”, si nuestro deseo de progresar espiritualmente es fuerte, genuino e imparcial, esto ya atraerá a nuestra vida a la persona adecuada que podrá ayudarnos a progresar espiritualmente, sin importar en qué lugar del mundo nos encontremos.