SPA-Spiritual_Practice_Principle

Introducción

La práctica espiritual según los principios de la Espiritualidad resulta en un crecimiento espiritual más rápido, que es el objetivo del aspirante espiritual de Dios. Uno de estos caminos es el camino de la gracia del Gurú (Gurukrupayoga).

El camino de la gracia del Gurú es recomendado como la práctica espiritual para la era actual, que se conoce como la Era del conflicto (Kaliyuga). La razón es que enseña la práctica espiritual de acuerdo con los 6 principios básicos de la Espiritualidad.

El Camino de la gracia del Gurú es una práctica espiritual acorde con el Principio debido a lo siguiente.

1. El Camino de la gracia del Gurú no es una práctica espiritual sectaria (una sola práctica espiritual para todos los aspirantes espirituales) sino que está basada en el principio espiritual de que – “Hay tantos caminos a Dios como existen personas”

Una “secta” es un grupo de personas que piensan que su camino hacia Dios es el mejor y el único. Sin embargo, al igual que un medicamento no cura pacientes que tienen diferentes dolencias, la práctica espiritual adecuada para cada persona es diferente. En una secta, se aconseja la misma práctica espiritual a todos los aspirantes espirituales. Por lo tanto, la práctica espiritual sectaria va en contra del principio básico de la Espiritualidad de que “Hay tantos caminos a Dios como existen personas”. El seguidor de una secta conoce y reconoce sólo un camino. Vive bajo la falsa impresión de que su camino es supremo y de que es la única vía para llegar a Dios. El objetivo principal de la práctica espiritual es destruir el ego, pero en el caso de los seguidores de la práctica espiritual sectaria, sucede todo lo contrario.

2. Hacer cada actividad como práctica espiritual

Esto implica la espiritualización de la vida cotidiana. Cada actividad y el pensamiento que está por detrás se hace como práctica espiritual. Por lo tanto se observa a Dios en todas las actividades. Cada actividad se centra en Dios y no en uno mismo, y el enfoque cambia de mirarse a uno mismo a mirar a Dios.

Llevamos a cabo todas las actividades con una cierta mirada basada en nuestros hábitos y anteriores experiencias en la realización de actividades similares. En consecuencia, hacemos la actividad de cierta manera y reaccionamos de un modo determinado ante cualquier desenlace.

Por ejemplo, al comprar flores en el mercado, normalmente compramos el color y la variedad de flores que nos gustan. Un esfuerzo para que esta actividad se centre en Dios sería orar mentalmente y preguntarle a Dios qué flores le gustaría que compráramos hoy.

O supongamos que acabamos de trapear el piso de la cocina, y uno de los miembros de nuestra familia de repente quiere un vaso de leche. En lugar de tener reacciones al respecto porque hemos trabajado tanto y ahora alguien va a estropear el resultado de nuestros esfuerzos, podríamos tratar de percibir a Dios en su lugar, servirle la leche cariñosamente y limpiar las huellas en el piso.

3. El Camino de la gracia del Gurú enseña que cada actividad debe realizarse como nuestro deber

Cuando cada actividad se lleva a cabo como nuestro deber, sucede sin esperar ningún resultado. Puesto que no existe el sentimiento de hacedor, no hay ninguna expectativa sobre el resultado de la actividad.

Hacedor significa recibir el crédito por hacer una actividad o tener un pensamiento. Donde hay sentimiento de hacedor, existe ego. Un verdadero aspirante espiritual renuncia a todo crédito y tiene la actitud de que todo lo hace Dios.

Debemos tratar de hacer cada actividad con el fin de desarrollar fe en Dios.

Por ejemplo, si algunas personas nos visitan inesperadamente, luego de ofrecerles sinceramente lo que tengamos disponible en ese momento, podemos tratar de entregar el resultado a Dios. Esto evitaría que nos pongamos ansiosos pensando cómo saldrá todo y tendríamos fe de que Dios nos ayudará a que todo salga como es mejor para nosotros.

O supongamos que un amigo nuestro se encuentra en una situación financiera difícil y nos pide consejo. Si después de que él hubiera seguido nuestro consejo superara su dificultad, en lugar de darnos el crédito por ello, podríamos atribuírselo a Dios.

Si una situación no resulta como deseamos; por ejemplo, que no podamos encontrar un arete que hemos perdido a pesar de buscarlo por todas partes, podemos aprender a entregar cualquiera fuera el resultado a Dios. Podemos observar que sólo el esfuerzo está en nuestras manos, y no así el resultado de una situación.

Algunos ejemplos de situaciones que podemos entregar a Dios, y que ocurren por nuestras expectativas (una manifestación de ego), son no lograr que luego de una charla sobre Espiritualidad hayan aspirantes espirituales interesados en asistir a Satsangs, o que miembros de nuestra familia no sigan la práctica espiritual, etc.

4. Cada acción se realiza con el objetivo de realizar a Dios

Cuando cada actividad se hace con el objetivo de realizar a Dios, se suprime el sentimiento de hacedor y el principio de que “Dios es el hacedor y sólo él hace todo a través nuestro” queda impreso en la mente subconsciente del aspirante.

Muchos aspirantes espirituales que hacen servicio a la Verdad Absoluta (satsēvā) con entusiasmo, a menudo experimentan que algo que está más allá de su capacidad se termina en menos tiempo y con más perfección de lo esperado teniendo en cuenta las circunstancias del caso. Por ejemplo, para preparar un salón para un satsang dos aspirantes necesitarían normalmente 15 minutos. En una ocasión, solamente se contaba con 7-8 minutos por un evento anterior que había concluido tarde; sin embargo, con oraciones y una actitud de entrega la preparación se terminó a tiempo. Este tipo de experiencia espiritual ayuda a todos quienes participan a darse cuenta de que aquello que no es posible para nosotros es muy posible para Dios, que es Omnipotente. Una vez que esta realización queda como una fuerte impresión en nuestra mente, se puede renunciar al sentimiento de hacedor y entregar todo a Dios.

5. Resumen – La práctica espiritual es fructífera cuando se realiza de acuerdo con el Principio

El camino de la gracia del Gurú nos enseña cómo llevar a cabo la práctica espiritual según el Principio. Al hacer esfuerzos para adherirnos a los principios mencionados anteriormente, aprendemos cómo hacer cada acción como práctica espiritual. Por ello, podemos aprovechar cada actividad que realizamos para llegar a nuestra meta de crecer espiritualmente.